Durante la última semana, Mara Lezama ha estado presente en una serie de encuentros que no son simples formalidades, sino momentos decisivos que han servido para estrechar la confianza entre ella y la militancia de Morena.
En un año electoral que ya se perfila a la vuelta de la esquina, cada gesto, cada palabra de la mandataria ha estado dirigida a consolidar una fuerza política unida
Desde las sesiones del Consejo Estatal hasta las festividades del Día de la Candelaria, Mara Lezama ha mantenido un contacto cercano con las bases del morenismo en Quintana Roo, dejando claro que el fortalecimiento de esos lazoses una prioridad.
No obstante, detrás de estos encuentros, también han surgido inquietudes. Algunos de los fundadores de Morena en el estado han expresado su preocupación sobre las postulaciones para las próximas elecciones.
Sin embargo, en ese espacio delicado, Mara Lezama ha dejado claro que, más allá de las diferencias, la unidad debe prevalecer. Sabe que solo en la cohesión podrá encontrarse la fuerza necesaria para seguir avanzando como partido.
El propósito de estas reuniones, evidentemente, no es otro que afinar las estrategias hacia las elecciones de 2027, con el ambicioso objetivo de afiliar a más de 153 mil miembros a Morena en Quintana Roo.
Pero la gobernadora no se limita a escuchar; va más allá, involucrando a las bases en la construcción de esa meta, permitiendo que su voz sea parte activa del proceso.
En cada conversación, en cada encuentro, Mara Lezama ha reafirmado su disposición para ser la portavoz de los militantes, para escuchar sus demandas y, sobre todo, para generar un espacio de diálogo genuino.
El acercamiento constante de Mara Lezama con los liderazgos del morenismo en Quintana Roo debe leerse como una estrategia bien pensada.
Su objetivo es garantizar que la base del partido esté representada, respetada y, sobre todo, involucrada en cada proceso de toma de decisiones.